domingo, 24 de octubre de 2010

Opinión: La memoria digital

Es siempre triste cuando vemos una antigua fotografía de nuestros bisabuelos y se revela imposible conocer sus nombres, etc. Internet nos da la oportunidad de dejar nuestra marca en el mundo, en esta memoria digital eterna. Pero cuidado, toda medalla tiene su reverso; todo el mundo puede ver esta marca y hacer lo que quiere con ella. Antes de la era de Internet, la información se difundía de boca en boca. Así, era seleccionada y lo que no importaba se olvidaba al mismo tiempo. Ahora, la Web guarda todo en memoria, no hay más selección. Internet es como una biblioteca pero con todas las estanterías al alcance de la mano y con un sistema de orden más fácil. Claro que toda la información no es buena, es necesario hacer su propia selección porque todo el mundo tiene la libertad de añadir la información que quiere. Normalmente, sólo se añade la información que elegimos. Pues, es culpa nuestra si existen informaciones sobre nuestra vida privada en Internet. Evidentemente, esta libertad debería ir en los dos sentidos: libertad de añadir y libertad de borrar. Sin embargo, no funciona así. Por ejemplo, en Facebook, cuando suprime una foto, esta guardada en la memoria de la red social. Ya que la Web guarda en memoria nuestra vida privada, hay que ser cuidado a lo que divulgamos.

Texto personal a propósito del artículo de fondo de Ernesto Hernández Busto, aparecido en El País, el 30 de septiembre, titulado “Memoria y olvido en la era de Internet”

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